sábado, 28 de junio de 2008

Rihab, la primera iglesia donde estuvo Cristo

No lejos del mítico río Jordán los arqueólogos acaban de descubrir una gruta que no sólo definen como la primera iglesia del mundo, sino que aseguran que el mismo Jesucristo se refugió allí con sus discípulos.Así lo afirma el arqueólogo Abdul Qader Hosan, director de las excavaciones que sacaron a la luz esta pequeña gruta cuyo origen se remonta al siglo I de nuestra era, en la población agrícola jordana de Rihab, conocida como 'el pueblo de las treinta iglesias'.'De acuerdo con los indicios que tenemos, creo firmemente que Jesucristo se encontraba entre los primero cristianos que visitaron Rihab y la presencia de treinta iglesias en este pueblo es una clara señal de esto', dijo a Efe Hosan, director del Centro de Estudios Arqueológicos Rihab.Para defender su tesis, el arqueólogo explicó que 'además, Jesucristo pasó parte de su vida en Jordania y de acuerdo con la historia autentificada estuvo en Anyara y Aylun, tan sólo a unos 30 kilómetros al norte' de Rihab.Según este investigador, los cristianos, acosados por los romanos de Jerusalén, buscaron refugio en grutas montañosas de la actual Jordania donde poder celebrar sus ritos. Una de estas grutas, en el pueblo de Rihab, parece ser la más antigua de la que se tiene constancia. 'Creemos que esta es la primera iglesia del mundo, donde los primeros cristianos vinieron a refugiarse cuando escaparon de la persecución romana en Jerusalén. Vinieron aquí para practicar sus rituales en secreto', aseguró el director de las excavaciones. Esta pequeña gruta situada en lo alto de una colina, se encuentra escondida bajo los cimientos de la Iglesia de San Jorge, construida en el siglo III, como reza una inscripción. El origen de esta pequeña capilla subterránea, donde desde hace siglos no había entrado la luz, se remonta a tres siglos antes, a los años inmediatamente posteriores a la muerte de Cristo.' Las evidencias que tenemos indican que esta iglesia dio cobijo a Jesús y a sus 70 discípulos y que fue construida entre los años 33 y 70 d.C.' (es decir, todavía en vida de Cristo y en los años inmediatamente posteriores a su muerte), comenta Hosan. En la actualidad, el equipo de arqueólogos que encontró este primitivo templo se ha lanzado a la búsqueda de nuevas pruebas que puedan afianzar la teoría que defienden. Excavada en la roca, tres escalones llevaban a los antiguos creyentes a la sala principal donde se puede observar un área circular en el suelo de dos metros y medio de diámetro que podría ser el ábside, así como varios asientos de piedra.Los primeros cristianos también excavaron varias estancias separadas del altar únicamente por un muro con una entrada. Según Hosan, los cristianos siguieron utilizando esta gruta como lugar de culto hasta que finalmente fueron reconocidos por el Imperio Romano a través del Edicto de Milán que en el año 313 reconoció la libertad de culto.Sobre la cueva, el suelo de la Iglesia de San Jorge alberga un mosaico en el que una inscripción griega describe a los primeros cristianos como 'los 70 amados por Dios y lo divino'.En el pequeño recinto hay un túnel 'que se cree que fue usado por los primeros 70 primeros cristianos como acceso a sus sistema de agua', aseguro el arqueólogo que mostró su esperanza de que 'cuando abramos el túnel podamos encontrar más pruebas de que es la primera del planeta'.Comentó, asimismo, que habían encontrado cerámica posiblemente traída desde Jerusalén por los primeros seguidores de Jesucristo, ya que, tal como asegura, dichos productos no eran comunes en aquella época por esos lugares. Junto a la capilla han encontrado un cementerio dividido en tres secciones, que según Abdul Qader Hosan podría deberse a que destinaban emplazamientos diferentes para enterrar a los hombres, a las mujeres y a los niños.Esta localidad jordana, conocida en época romana como Rehabis, formaba parte de la 'Dekapolis', una alianza de diez ciudades que bajo la égida romana gozaba de autonomía económica y religiosa, explica Hosam que ejerce también como profesor de arqueología en la Universidad jordana de Hashemiya

Nacho Padró - Terra