domingo, 5 de febrero de 2012

Me apasiono por tu belleza

¡Oh, permíteme que te vea en todo lugar!
Cuando me siento inflamado por la belleza mortal,
mi ardor por tu belleza se extingue
y me apasiono por ella
como antes lo estuve por la tuya.
Oh mi verdadero Señor,
a Ti sólo pido ayuda en mi ceguera,
tormento inútil, pues sólo Tú puedes renovar
interior y exteriormente mis sentidos,
voluntad y poder, que son impotentes y débiles.

Miguel Angel

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