lunes, 9 de abril de 2012

El Segundo Capítulo del Bhagavad Gita : Samkhya


Una vez visto el contexto, nos encontramos en el segundo capítulo que nos instruye en el conocimiento completo acerca del ser, mediante un estudio analítico del cuerpo material y el alma espiritual. Krishna decide aprovechar la oportunidad para instruir a Arjuna en la ciencia espiritual ante las dudas que presenta. Le habla acerca de la diferencia entre el cuerpo y el alma. La naturaleza eterna del alma es diferente a la temporalidad del cuerpo. Así como el cuerpo cambia durante la vida y lo que permanece es el alma, al momento de la muerte el alma pasa a otro cuerpo. El alma no puede ser destruida de ninguna forma, por lo tanto no debe temer a la muerte y cumplir con su deber, pero hacerlo sin estar apegado al resultado. Krishna explica asimismo el propósito de los Vedas, como el medio para la elevación gradual de las almas. (hasta el v 30)
Dado que las explicaciones de Krishna, relativas a porqué Arjuna debía pelear, eran solo un resumen, y puesto que Krishna glorifica tanto el cultivo del conocimiento, como la acción desinteresada, Arjuna se confunde, pues ve estos dos caminos como si fueran opuestos. El desea dedicarse al cultivo de conocimiento y renunciar a la acción, como una excusa para retirarse del campo de batalla, y llevar una vida contemplativa. Arjuna, en consecuencia, inicia el capítulo tres, preguntando a Krishna porqué lo está alentando a luchar, si la inteligencia es mejor que la acción fruitiva.
Ideas Principales del segundo capítulo:
  1. Debido a las características propias de la naturaleza, todo el sistema de las actividades materiales es una fuente de perplejidad para todo el mundo. A cada paso hay perplejidad, y por ello es menester acudir a un maestro espiritual genuino, que pueda brindarle a uno la guía apropiada para cumplir con el propósito de la vida. (v.7)
  2. Como cada entidad viviente es un alma individual, el cuerpo de cada una de ellas está cambiando a cada momento. Sin embargo, se trata de una misma alma espiritual, y ella no sufre ningún cambio. Esa alma individual finalmente cambia de cuerpo al morir y transmigra a otro cuerpo, es el tema de las reencarnaciones (v. 12 y 13).
  3. En el desempeño correcto del deber, uno tiene que aprender a tolerar las apariciones y desapariciones temporales de la felicidad y la aflicción. Se recalca el caracter transitorio de la vida psicológica que se encuentra contrapuesta a la inalterabilidad del espíritu individual. (v. 14)
  4. Todo aquel que se mantenga firme en su determinación de alcanzar la etapa avanzada de la iluminación espiritual, y que, además, pueda tolerar los embates de la aflicción y la felicidad, es indudablemente una persona merecedora de la liberación. En la institución varnasrama que estudiamos en la unidad 2, la cuarta etapa de la vida, es decir, la orden de renuncia (sannyasa), constituye una situación difícil. Pero aquel que realmente quiere perfeccionar su vida, adopta sin duda la orden de vida de sannyasa, pese a todas las dificultades que se le presenten (abandono de la familia, amistades, hogar...) (v. 15)
  5. Por naturaleza, el cuerpo siempre está cambiando y es perecedero y el alma es eterna (v. 16 y 18)
  6. Para el alma no existe el nacimiento ni la muerte en ningún momento. Ella no ha llegado a ser, no llega a ser y no llegará a ser. El alma es innaciente, eterna, permanente y primordial. No se la mata cuando se mata el cuerpo. El alma no nace, pero como toma un cuerpo material, el cuerpo nace. El alma no nace allí, y el alma no muere. Todo lo que nace también tiene que morir, y como el alma no nace, por ende no tiene pasado, presente ni futuro. El alma es eterna, perenne y primordial, irrompible e insoluble, y no se la puede quemar ni secar. El alma está en todas partes, y es sempiterna, inmutable, inmóvil y eternamente la misma.. (v 20 a 24)
  7. Existe un deber (Dharma) propio de cda hombre de acuerdo con su posición en la sociedad: Considerando tu deber específico como ksatriya, debes saber que no hay mejor ocupación para ti que la de pelear en base a los principios religiosos (v. 31,)
  8. A partir del v. 40 se señalan las normas de conducta a las que debe ceñirse el hombre que aspira al progreso espiritual y a la liberación (el aspecto práctico de la sabiduría). El Baghavad Gita llamará yoga al conjunto de normas y a las prácticas para conseguir el trance extático que se busca: la identificación del espíritu individual con el espíritu universal y con ello la liberación del ciclo de las reencarnaciones.
  9. La carencia de deseos y pasiones, la ecuanimidad, el control de los sentidos y e aislamiento frente al mundo, las prácticas ascéticas, la calma y serenidad, el uso de la meditación, la anulación de la influencia de los sentidos y la concentración, junto a la destrucción de los sentimientos egoistas ocupan un alto grado de importancia en las enseñanzas de Krishna (v 55 y ss).

Nacho Padró

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