domingo, 29 de abril de 2012

Salmo 142 (1Sa 22; 1Sa 24) Masquil de David.


El título de este salmo registra no sólo el género del salmo (un masquil, probablemente, alusión a una tonada especial, según 57:7), sino también el autor (David) y la ocasión (cuando estaba en la cueva). Puesto que la composición literaria tiene señales de una época posterior, para que el salmo pueda atribuirse a David basta con el patético tono del salmo, que refleja estupendamente los sentimientos de David en aquella ocasión. Mientras el salmo 57 se refiere a la cueva de En-gadi, el 142 se refiere, con la mayor probabilidad, a la cueva de Adulam (1 S. 22). El salmista: I. Expone sus quejas (vv. 1-4). II. Hace su petición (Bb. 5-7).

Versículos 1-4
1. Véase como se queja David ante Dios (vv. 1, 2). No quiere extender sus manos contra el rey Saúl, pero las extiende hacia Dios en oración: A Él clama, a Él suplíca, ante Él expone su queja, ante Él manifiesta su angustia. Nosotros estamos inclinados a guardar en el pecho, por demasiado tiempo, nuestra aflicción. agravándola con nuestra depresión y nuestros temores, mientras que, exponiéndola delante de Dios, podríamos echar toda nuestra ansiedad ante El, porque El tiene cuidado de nosotros (1 P. 5:7). Y, en medio de su queja, como quien sabe que Dios no necesita su información, aunque su corazón se alivia al exponerla, dice: «pero tu (enfático en el original) conoces mi senda».
2. A continuación expone el motivo de su queja (vv. 3b-4): Le han tendido un lazo en el camino (comp. con 140:5; 141:9). «Mira a mi diestra, etc.», añade, es decir, al lugar en que debería estar algún protector para defenderle (comp. con 109:3 l), pero no hay quien quiera reconocerle (lit.) como un amigo a quien se protege y defiende (comp. con 69:20). También el Hijo de David hubo de sufrir congojas y muerte sin que nadie le amparase (v. Mt. 26:37 y ss.; 26:56 y 27:46).
Versículos 5-7
Con renovada intensidad, el salmista vuelve a clamar a Dios en oración con frases frecuentes en otros salmos (comp. vv. 5 y 6 con 7:1; 16:5; 17:1; 18:17; 27:13; 31:15; 73:26; 79:8c; 91:2). «Saca mi alma de la cárcel», añade, no porque estuviese literalmente en una cárcel, sino porque su situación en la cueva era semejante a la de una prisión (v. Is. 42:7, donde equivale a «lugar de cautiverio»). Lo dice especialmente para que así pueda dar gracias (lit.) al nombre de Dios por su liberación. La 2a frase del v. 7 admite, como la más probable, la siguiente traducción: «Por mí (a causa del favor que me habrás dispensado) se adornarán con coronas (símbolo de regocijo, que comparten con el salmista) los justos.

Nacho Padró

3 comentarios:

Unknown dijo...

me a gustado lo que as expuesto ,,,,,,DIOS TE VENDIGA,,,,,

Nacho dijo...

GRacias Richard. ME alegra saber que te ha gustado.

Unknown dijo...

Así dijo el REY DAVIDA EN 2 SAMUEL 24;14.....CAIGAMOS AHORA EN MANOS DE JEHOVA, POR QUE SUS MISERICORDIAS SON MUCHAS,MÁS NO CAIGA YO EN MANOS DE HOMBRE.