lunes, 23 de julio de 2012

¿Qué es el dhikr?


"¿Queréis que os diga cuales son las mejores de vuestras acciones, las más nobles para Vuestro Señor, aquellas que os elevan a lo más alto, y para vostros mejores que gastar oro y plata en limosna, y para vosotros mejor que encontrar a vuestro enemigo en una batalla para matalro o que os mate? Respondieron: Sí, claro. El reanuda: Pues, es la invocación de Dios".
 Hadith de Abû ad-Dardâa
El Dhikr o Zikr , ("Memoria de Dios", "pronunciamiento", "invocación")  es un acto devocionario Islámico, caracterizado por la repetición de los nombres de Dios, súplicas o fórmulas tomados de los textos hadiz y versos del Corán, relacionados con la meditación sufí. Dhikr se suele hacer de forma individual, pero en algunas órdenes Sufi se instituye como una actividad ceremonial. El recuerdo de Allah (dhikr) es una de las prácticas sufis más conocidas. Consiste en la repetición de los Más Bellos Nombres de Dios, sus 99 atributos.  Así el Dhikr, dentro de la mística sufí,  como recuerdo de Dios, consiste la repetición del nombre del Invocado por medio del corazón y la lengua, poco importa que este consista en la mención del nombre de Al-lâh, de una de Sus cualidades o de Sus funciones, de uno de Sus actos, o de cualquier otra alusión; que se trate de un dua (plegaria), de la mención de Sus mensajeros o de Sus profetas, de Sus amigos, de aquello relacionado con ellos, de aquello que está próximo a Él en alguno de Sus aspectos o de un acto cualquiera; y ya se lleve a cabo por medio de la recitación, de la invocación, de un poema, de un canto, de un acto espiritual o de narraciones tradicionales, pues en todos esos casos el objetivo profundizar en su recuerdo. Y este Recuerdo debe de ser constante, sin pausa y en todo momento, situación o lugar. Iniciarse en el recuerdo de Allah es fundamental para el que busca acercarse a Allah cumpliendo con los pasos del Qur´aan y del Sunna. Comenzar a adentrarse en el dhikr Allah es comenzar a introducirse en las profundidades de uno mismo.
Históricamente se considera que el Dhikr (La Ilaha ill"Allah ) era el primer mensaje transmitido por el Profeta a su comunidad. Al principio de la Da"wa no había otras prescripciones más que Dhikr y la lectura del Corán. Con el Dhikr frecuente y abundante se llegaba al amor del Señor y también a la obediencia dulce y apaciguada. Abdullah ben Busr-raa cuenta: Un hombre preguntó :"¡Oh mensajero de Dios! Encuentro que las leyes divinas son numerosas, indícame una a la que puedo aferrarme." El Profeta le contestó: "Mantén tu lengua mencionando a Dios" (recogido por par Al-Tirmidhi). Texto que se interpreta con la idea de que con la mención frecuente y abundante de Dios llegaremos a amarle y a adorarle como se debe y viceversa, si le amamos no nos cansaremos nunca de menciónale. A pesar de esta tradición se desconoce el origen del dhzikr y sus formas. Es posible que los sufíes se inspiraran en métodos budistas o hindúes, pero aportando importantes innovaciones y convirtiéndolo en un método original con formas muy variadas. Uno de los desarrollos de la técnica del dhzikr consiste en prestar atención al propio aliento y dirigirlo de una manera interior, más que aparente. La forma más característica en el aspecto acústico es el dhzikr de la sierra» (arre), que al parecer se remonta a Ahmad Yasawi (m. 1167), un discípulo de Yusuf Hamadani (m. 1140). Consiste en emitir un sonido ronco y profundo, tanto al inspirar como al espirar. Otros, más corrientes, consisten en una expansión rítmica más o menos melódica.

También se considera que el dhikr es el primer paso en la vía del amor; pues, cuando se ama a alguien, gusta repetir su nombre y se le recuerda constantemente. En consecuencia, el corazón de aquel en quien ha sido implantado el amor de Dios se convertirá en morada permanente del dhikr (A 10,44). Es, según la imagen algo particular de Attar, uno de los cuatro elementos constituyentes del sufí perfecto:

El  alma necesita cálido amor, el dhikr debe, mantener la lengua húmeda,
la ascesis árida y la piedad son necesarias
y se añadirá un frío suspiro procedente de la frialdad de la Certeza.
Éstos son las cuatro elementos constitutivos de un ser humano bien equilibrado (U 11).

Los místicos atribuyeron al mismo Muhammad el elogio al dhikr,:

Quien se acuerda de Díos entre los negligentes
es corno un combatiente en medio de los que huyen,
como un árbol verde en medio de árboles secos (G 1265)
Sea como sea, durante el ritual, al estar continuamente repitiendo la frase lâ ilaha illa-Llâh, el corazón se une a la lengua, la mente es limpiada de toda imaginación, el objetivo es alcanzar la jadhbah, el éxtasis momentáneo. Se dice que uno escucha desde todos los miembros de su cuerpo el canto de la alabanza a Allah. “El cuerpo tiembla y se mece como un sauce con el viento, como si un ave revoloteara dentro del pecho. Uno está ya para siempre despierto de la inconsciencia y es guiado a La Presencia. Esa es la felicidad eterna”.
Los místicos que exhortaban a sus discípulos a “enseñar el dhikr al ruiseñor de la lengua” elaboraban, como para las etapas y los estados místicos, una progresión que comprende diferentes grados de rememoración. Debemos recordar que talqín adh-dhikr, la enseñanza de la fórmula de rememoración, era uno de los aspectos más impor­tantes de la iniciación mística y fue desarrollado posteriormente para convertirse en una complicada técnica. Sólo un dhikr adecuadamente inspirado por el director espiritual y controlado constantemente por él era eficaz
Por todo esto, la Remembranza de Allah deberá ser la principal actividad de la vida de un sufí; debemos procurarla a todo momento y en toda circunstancias; consagrarnos a Allah mediante Su Recuerdo y se nos indica también dos momentos especiales el amanecer y el ocaso, que en muchas tradiciones se consideran que son dos momentos cuando se abren las puertas Celestiales. Aunque una de las características especiales de la práctica del recuerdo es que no tiene un tiempo asignado. En verdad, no hay momento en el que al siervo no se le ordene el recuerdo de Dios, sea un deber obligatorio o recomendado. La plegaria ritual, aunque es la más noble de todas las devociones, no es posible algunas veces, mientras que el recuerdo del corazón es constante en todas las circunstancias.
El dhikr podía ser aprendido, sea de un maestro vivo, sea de Khidr, el guía misterioso de los peregrinos; pero, en todos los casos, ésta debía ser una verdadera iniciación. La fórmula debe ser transmi­tida gracias a una cadena de guías espirituales que se remontan hasta el mismo Profeta o al angélico inspirador de Muhammad. A veces se hacían remontar las diferentes técnicas del dhikr a los primeros cali­fas: según algunos, Muhammad enseñó a Abü Bakr la-técnica del dhikr silencioso cuando estaba con él en la cueva, durante su emigra­ción a .Medina, mientras que Alí le correspondió el dhikr en alta voz (Fletcher, s.f.)
Los que saben dicen que hay varios niveles en la remembranza de Allah:
·          Recordar verbalmente. Dicen que el estar en continuo recuerdo es la llave al mundo de los malâika, al mundo de las almas. Es el medio que nos lleva a estar cerca del Creador. Lo oculto se hace visible, lo desconocido se vuelve conocido, el júbilo recibido hace que la alegría más grande de este mundo parezca una pena. Uno está sumergido en amor divino.
·          La remembranza que desciende desde la lengua al corazón. La remembranza penetra en el alma, el recuerdo silencioso, la esencia de la evocación se esparce a todo el ser. La manifestación física de esto es un violento temblor del cuerpo, las palabras ALLAH y HU salen en una exclamación sin control, finalmente se cae inconsciente. Aquel que desea obtener el conocimiento divino, debe prolongar su remembranza hasta que la declaración verbal llegue al corazón, luego penetre dentro del secreto y la esencia. Si uno continuamente mantiene el recuerdo de Allah en el corazón día y noche, el alma humana, fortalecida, vence al alma animal en uno. Entonces uno conoce y llega a la perfección.
La Remembranza debe significar para nosotros traer a nuestra memoria Allah, el tenerlo presente en nuestro corazón, así como despertar en el corazón Su Presencia y los Nombres de los atributos divinos gravados en la tabla sagrada del corazón desde la creación del alma; asimismo, es dejar de dormir al mundo de las ilusiones y del egoísmo, ese dejar de dormir es volver a vivir en el corazón (re-cordari) y estar despierto a la Realidad. La Remembranza de Allah, es el trabajo esencial y la columna vertebral de los trabajos y enseñanza de las escuelas sufis y dentro del Islam la más alta Remembranza es la recitación del Sagrado Corán; el Dhikr como dice Mevlana son las “alas del espíritu” que nos permitirán volar, es el alimento del alma y la medicina del corazón“ con lo que se tranquilizan los corazones”.
Hay diez condiciones de preparación para la remembranza de Allah.
1.      Tomar una ablución total, luego una ablución ritual.
2.      Realizar dos ciclos de oración.
3.      Estar en un lugar extremadamente limpio.
4.      Borrar toda preocupación del mundo de nuestro corazón
5.      Sentarse en una piel de cordero, en dirección a la qibla, sentado sobre las rodillas o con las piernas cruzadas.
6.      Entrecerrar los ojos para llevar la atención al corazón.
7.      Mantener la imagen del sheik de uno en la mente.
8.      Estar en un estado de mucha conciencia, estar atento.
9.      Haber comido una cantidad moderada de comida y una buena cantidad de mantequilla, y no estar hambriento ni repleto.
10.  Expulsar todo pensamiento y sensación de placer físico.
Si durante el ritual se siente confusión, que el sentimiento de placer y excitación es que se trata de una reminiscencia de los placeres del mundo, es una indicación de que uno está bajo la influencia de la carne y la lascivia. Si esta persona repite internamente la ma’buda illa-Llâh mientras verbalmente está repitiendo lâ ilaha illa-Llâh, se espera que sus sensaciones del mundo se debiliten y su lascivia se extinga y así sus placeres espirituales tengan identidad propia. Aun cuando se logre un estado espiritual durante el ritual, uno debe interponer repitiendo internamente la ma’buda illa-Llâh mientras uno repite en voz alta lâ ilaha illa-Llâh, dirigiendo las palabras illa-Llâh hacia el corazón, para que el corazón se despierte y los ojos del corazón se abran. Luego entonces, es de esperar, uno verá muchos secretos y el corazón se llenará con conocimiento divino.
Desde el siglo IX el rosario (tasbïh, subha) ha sido utilizado para contar la repetición de las fórmulas; sin embargo, el místico verdade­ro consideraba este medio como un juguete “para provocar la distrac­ción”. Un sufí que practicara la verdadera rememoración ape­nas se serviría de ella, pues estaba absorbido en su oración. Sin embargo, a veces la «distracción» es necesaria, pues aporta una rela­jación tras la tensión mental que resulta as ia práctica constante e intensa del dhikr (N 71), No hay ninguna razón para dudar de las historias que presentan a sufíes bañados en sudor mientras pronun­cian la shahada o capaces de hacer que la nieve se funda alrededor de ellos a causa del calor procedente de su meditación. Se dice lo mismo a propósito del tapas, el “calor” ascético de los ascetas hindúes, y a propósito de santos cristianos. Un manual perteneciente a un periodo posterior ordena al sufí beber agua des­pués de ía realización del dhikr, para refrescar e1 calor intenso que ha producido. Algunos ascetas sufíes indios aumentaban la dificultad de su tarea poniéndose ante el fuego un día de verano, de manera que el calor era realmente intolerable para todo el mundo, costumbre heredada de los ascetas hindúes (A'zam, 1956, 166).
Los sufís consideran que Lâ ilaha illa-Llâh es la palabra de Allah. Ellos afirman que el sonido de estas palabras son el eco toda la creación material; el significado es el alma de la creación. Cuando dices Lâ ilaha ("No hay dios") inhalando, esa ráfaga de viento que respiras sacude el polvo de tu corazón limpiándolo de todas las cosas indignas del mundo que te han infestado, pues estas diciendo que no existe nada digno de devoción. Cuando enérgicamente diriges las palabras illa-Llâh ("sino Allah") hacia el corazón, exhalas dentro del corazón la creencia en Allah, y el amor de Allah entra en él. Estás plantando la semilla del árbol del conocimiento divino, un árbol cuyo fruto es el conocimiento de Allah. Es este motivo que hace que la invocación de Dios (La Ilaha ill"Allah) tenga una importancia capital para el aspirante que quiere ir hacia Dios, que desea purificar su corazón (no se refiere al órgano, es el alma, el interior, el espiritu...) y alcanzar el grado de excelencia.
Se considera que son tres las estaciones en el camino al conocimiento divino. Primero el estado de purificación, extrayendo del ser la acumulación de los mi y mío, de conocimiento falso, de falsa personalidad, falsos temores y esperanzas, del sentido equivocado de propiedad, cosas que uno piensa que posee. El segundo estado es también vaciarse, pero vaciarse del propio ser, perdiéndose, despojándose de los muchos "yos". La primera etapa es decir: "no hay nada aquí"; la segunda es decir: "Ni siquiera yo." La tercera etapa es ser capaz de quedarse en ese estado.
Lâ ilaha illa-Llâh lo lleva a uno al primer estado, que es la estación del corazón. La segunda es la estación del alma, que es alcanzada con el nombre Allah. La tercera etapa es llamada el secreto, donde todos los secretos son divulgados, y es alcanzada por medio de HU. Lâ ilaha illa-Llâh es el imán del corazón, que te atrae hacia él. Allah es el imán del alma. HU es el imán de la esencia secreta.
Se pueden distinguir dos grados diferentes que reflejan los distintos estados de acercamiento a la Divina Presencia:
ü     El dhikr que la gente corriente realiza con su lengua (dhikr jalí, jahri, alaniya, lisani)
ü     El dhikr que la gente especial realiza con su corazón(dhikr khafi, qalbí)..

 Esta última es habitualmente considerada superior a la primera, y existe incluso un hadiz para señalar su elevado rango (L 42) .El dhikr más avanzado, que se encuentra más allá de las palabras y de las descripciones, el cual corresponde a estados en los que uno percibe la ayat del Quráan en la cual Allah declara: Yo estoy más cerca del hombre que su vena yugular. El dhikr en alta voz, sin embargo, juega un papel importante en el ritual común de los derviches. Aquel que ofrece el dhikr con su lengua no hace más que pulir el espejo de su corazón para llegar a ser lo bastante puro para reflejar la belleza de Dios. Pero, como dijo un sufí, es el mismo espejo el que debería ser limpiado, y no el mango o la parte de atrás; si el discípulo no comprende las implicaciones de este pensamiento, el peligro con­siste en que practique su dhikr silencioso «con el estómago y no con el corazón»
Entre los grandes beneficios que afirman los sufíes que produce el Dhikr, se encuentran los siguientes:
1- Repele, debilita y aleja a Shaytan.
2- Agrada a Allah.
3- Acaba con la preocupación y la tristeza del corazón.
4- Produce dulzura, alegría y fuerza al corazón.
5- Borra y aleja las malas acciones.
6- Salva a las personas de ser castigados en el Día del Juicio.
7- Es la semilla para el Paraíso.
La mejor forma de meditar el Dhikr es en grupo y en silencio, también es posible con la voz, pero siempre de forma moderada, ya que no está permitido alzar la voz. Aunque en este tema ha habido muchas controversias, como con el caso de una gran escisión en la orden naqshbandí en Asia Central en los siglos XVI y XVII que acarreó graves consecuencias políticas, en particular guerras de religión en Sinkiang y también entre algunos místicos. Es importante mencionar que la recitación del Sagrado Corán también se le llama el Recuerdo de Dios y que queda expresada en el mismo Corán:
-         Recuerda a tu Señor y dedícate a El, el Único Merecedor de ser onsagrado…(Sura 73, 25)
-         Recuerda a tu Señor de día y de noche…(Sura 76,25).
-         Recuerda a tu Señor más y más y alabale al amanecer y en el ocaso. (Sura 3, 41)
-         «Quienes creen y cuyos corazones están tranquilos con el recuerdo (invocación) de Dios - ¿Acaso no se tranquilizan los corazones recordando (invocando) a Dios?»(Sura 13,.28)
-         «¡Oh, los que creéis! ¡Recordad a Dios con frecuencia!»(Sura 33, 41)
-         "Recuérdame y yo te recordare" (2:152)
-         "...Y recuerda a tu Señor mucho y glorifícale al anochecer y al alba" (3:41).
-         "Aquellos que recuerdan a Allah de pie sentados o recostados..." (3:191).
-         "Quienes crean, aquellos cuyos corazones se tranquilicen con el recuerdo de Allah - pues ciertamente en el recuerdo de Allah los corazones se tranquilizan -"(13:28).
-         "...Y hombres que recuerdan mucho a Allah y mujeres que lo recuerdan..." (33:35).
-         " Creyentes!. Recordad mucho a Allah!. Glorificadle mañana y tarde!." (33:41-42).
-         "El que abandona la invocación del Clemente, Le atribuimos un  demonio que será su acompañante" (sura  43,.36)
-         "Recuerda a tu Señor internamente con humildad y temor, reza sin voz elevada por la mañana y por la tarde, y no estés entre los descuidados). Quienes están próximos a Dios, no desdeñan su adoración: le alaban y se prosternan". (Sura 7  204/206)

Nacho Padró

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