viernes, 28 de diciembre de 2012

La Iglesia Ortodoxa de Grecia.


Las comunidades cristianas de Grecia formaban, en la unidad con Roma, la provincia eclesiástica de Iliria. Desde el año 730 la provincia pasó a la jurisdicción del patriarca de Constantinopla lo que le arrastró al Cisma el año 1054. En 1829, cuando terminó la guerra de liberación contra los turcos, la Iglesia se separó de la jurisdicción de Constantinopla y fue reconocida por el Patriarcado Ecuménico. El Rey de Grecia, según el modelo ruso, era el dirigente supremo del Santo Sínodo. No tienen un Patriarcado propio. En 1923 el arzobispo Papadupolos reformó la constitución sinodal por la que el Santo Sinodo pasó a ser presidido por el Arzobispo de Atenas. Es el primum inter pares. Mantienen una tendencia a la organización democrática. Durante la Segunda Guerra Mundial y la persecución comunista posterior, murieron muchos sacerdotes y fueron destruidas muchas iglesias. Este debilitamiento de las fuerzas fue aprovechado por la propaganda comunista y por sectas como los Testigos de Jehová y los Predicadores Sacros. La Iglesia ortodoxa de Grecia se ha ido recuperando lentamente de esta postración. Trabaja en estrecha colaboración con el Estado. Una serie de asociaciones trabajan por la formación religiosa por medio de los medios de comunicación y las escuelas. Cada estado tiene sus propias organizaciones apostólicas. También es importante el esfuerzo que despliegan por las obras caritativas y por la formación de sacerdotes competentes. Las relaciones con el movimiento ecuménico se desarrollaron con interés, pero la comprensión del pensamiento y de las condiciones internas de la Iglesia Católica fue escasa. La Iglesia de Grecia mostró siempre una profunda aversión hacia las miras expansionistas del Patriarado de Moscú

Nacho Padró

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