martes, 29 de enero de 2013

La Parabola del Sembrador



En el libro “Al acecho del Reino Diferente” de Xavier Alegre encontramos un estudio-reflexión sobre la Parábola del Sembrador (Mc 4, 3-9). El autor parte de la base consensuada por los expertos, de la parábola como reflejo de la predicación de Jesús en el que se refleja el proyecto contracultural del Reino de Dios. Estas parábolas las considera, siguiendo la estela de otros especialistas, como un conjunto de relatos sorprendentes que provocan al oyente invitándolo a pensar y profundizar en una lectura interactiva. Es lo que Dodd consideraba como una metáfora que Jesús toma del entorno agrícola siendo atractiva al oyente por su cercanía pero que al no tener una aplicación exacta crea dudas y provoca reacción, básicamente el elemento sorpresa es lo que las diferencia de las parábolas típicamente rabínicas de su tiempo.
En la reacción de Marcos hay que tener en cuenta que su teología está enfocada hacia la comunidad sobre la que quiere hacer consciencia de la contraculturalidad del tema del Reino de Dios y hacerla pensar eliminando falsas seguridades o preconcepciones erróneas, es lo que Donahue llama el Shock o impacto que posibilita la nueva visión.
Este nuevo punto de vista es lo que implica al oyente no dejándolo indiferente o neutral invitándolo a cambiar. Mesters lo agrupará en los métodos parabólicos como dinámicos, con una indicación de la verdad revelada no es conclusa, nunca deja tranquilo al oyente y obliga a mantener la tensión y atención en la vida.

En el caso concreto de la Parábola del Sembrador, se cree que la versión de Marcos es la primitiva aunque no hay acuerdo para saber en que momento de la vida de Jesús se efectuó. Uno de los problemas que plantea es sobre quien pivota el centro de la trama: si en el sembrador o en el terreno.
  • En el caso del sembrador se trataría de Jesús, aunque parecería un poco alocado, sin importarle a donde cae la semilla, así invitaría a la toma de conciencia de la universalidad del mensaje y del extraordinario fruto que produce a pesar de ello gracias posiblemente a la confianza del sembrador.
  • Otro contraste posible es estudiar ese contraste entre la semilla y el fruto en el que se destaca el dinamismo del Reino simbolizado en la semilla
  • La Calidad del terreno como otra punta de la parábola enfocada hacia la iglesia primitiva.
Se trabaja el concepto de seguridad pues hay una cosa clara en el fruto abundante de la siembra, pase lo que pase. En el momento que el autor hace la lectura alegórica, este identifica a la semilla con la “palabra” y centrándose más en la relación del terreno para justificar las causas del fallo de la siembra:
    1. Tenemos el terreno fuera del camino con Satanás que se lleva lo sembrado (pájaros).
    2. Luego viene el terreno pedregoso (alegría en la Palabra pero sin consistencia sólida)
    3. Pasamos a la zona de arbustos, de los que han escuchado pero las preocupaciones mundanales les ciegan
    4. Para acabar con los terrenos donde se fructifica.
Si bien podría pensarse que es una parábola para los no cristianos, Marcos insiste en que es un ejemplo para la iglesia primitiva invitándola a pensar y perseverar pues, como explica Xavier Alegre, el Reino sigue la lógica mundo y tampoco es cierto que los discípulos lo entendieran todo a la primera pues el concepto de Reino sólo se puede hacer comprensible a la luz de la Cruz y la Resurrección (me remito al texto de la Tumba Vacía donde los evangelistas en boca del ángel se lo recuerda).
El autor finaliza el texto haciendo una hermenéutica actualizada donde considera que el sembrador no elige el terreno de forma lógica desperdiciando muchas siembras y relacionándolo con las situaciones actuales, donde en conjunto parece como si Dios llamara a todos, siendo en el fondo los que condicionamos la respuesta (tipos de terrenos)

Ignacio Padró

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