jueves, 17 de enero de 2013

La rama copta-católica (Relaciones con occidente latino).



La Iglesia copta, a partir de la ruptura en el siglo V con la iglesia católica, quedó sobre sí misma e impermeable a la idea de unión con Roma. Hubo un intento de reconciliación en el concilio de Florencia, año 1442, preparado por el franciscano Alberto de Sarteano, enviado a Egipto en 1939 como delegado papal. Posteriormente, a partir del siglo XVI, las tentativas de los Papas en vista a contactos con el patriarcado copto no encontraron eco. Fue entonces cuando roma eligió la política de las conversiones individuales de la ortodoxia al catolicismo por medio de los misioneros franciscanos y jesuitas, vista la imposibilidad de una reconciliación entre jefes. De este modo fueron formando en Egipto pequeñas comunidades copto-católicas. En 1742 el Papa nombraba el primer Vicario Apostólico para los copto-católicos en la persona de Anba Atanasios, obispo copto de Jerusalén, que dos años antes había pasado al catolicismo.
Sin abandonar sus funciones de obispo copto-ortodoxo de Jerusalén, Atanasios ordenó a varios sacerdotes de rito copto-católico, creando así un embrión de estructuras eclesiástica. Tres años después Roma nombraba un prefecto para los coptos convertidos al catolicismo de rito latino en la persona de un franciscano. De esta manera crearon dos estructuras paralelas, y pronto rivales, para una pequeña comunidad. En 1758 el Papa reconocía la primacía del Prefecto copto-católico. Esta situación duró poco tiempo, pues 22 años después la Santa Sede elegía la orientación inversa.
A finales del siglo pasado León XIII alentó una política más activa de conversiones al catolicismo. El resultado fue la apertura del primer seminario copto-católico dirigido por los jesuitas, además de la creación de un patriarcado copto-católico y tres diócesis en Egipto. Pero el Patriarca sería nombrado cuatro años después en la persona de Cirilo Macarios. Quedaba pendiente la rivalidad entre la Prefectura franciscana y el Vicariato Apostólico que terminó en 1893 cuando los franciscanos cedieron al clero copto-católico las 10 parroquias coptas de rito latino establecidas por ellos en el alto Egipto. El nuevo patriarcado contaba en el momento de su creación con 6.000 fieles. Diez años después su número se elevaba a 15.000. En 1908 el Patriarca presentó su dimisión y la sede quedó vacante durante 39 años, lo entorpeció el natural desarrollo de la Iglesia. Sólo en 1947 Pío XII restableció la dignidad patriarcal en la persona de Marcos II. Su sucesor, Stephanos I Sidaros, elegido en 1958, fue elevado en 1965 a la dignidad cardenalicia en vista a la promoción de la joven Iglesia.
Al igual que la Iglesia copto-ortodoxa, la católica es de estructura patriarcal. Actualmente ocupa esta dignidad Stephanos II Gattas, elegido en 1986. Gobierna con la ayuda de un Sínodo de seis obispos. La Iglesia copto-católica cuenta con seis diócesis: Beni Suef, Minia, Asiut, Sohag, Luxor e Ismailía-Port Said, además de la diócesis patriarcal del Cairo-Alejandría. Los obispos son elegidos por el Sínodo y confirmados por la Santa Sede.
Unos 60 sacerdotes diocesanos aseguran la vida parroquial. El clero goza de un buen nivel de formación, superior al de sus hermanos de la Iglesia ortodoxa.Desde 1959 existe una congregación religiosa de rito copto-católico, los Hermanos de la Predicación de S. Marcos, cuya regla está inspirada en la dominica. Una congregación femenina, las Religiosas del Sagrado Corazón, había sido fundada en 1912.

 Nacho Padró

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