martes, 8 de enero de 2013

Las características del Reino de Dios en la parábola del sembrador de Marcos


Muchos eruditos piensan que la parábola era originalmente optimista en perspectiva, ya que a pesar de los fracasos, finalmente la siembra de la "semilla" será exitosa, echará raíces y producirá muchos "frutos". Acorde a la fuente Q, que estableceria que el libro de Marcos fue el primero de los evangelios sinópticos en ser escrito, la parábola del sembrador vendría a ser también la primera parábola en escribirse, pues es la primera parábola de este libro.

En primer lugar, de la tradición que él recibió, escoge Marcos un bloque inicial de tres parábolas que giran en torno al campo y la semilla y que se relacionan con el anuncio del Reino de Dios, que según muchos autores es un tema central de la predicación de Jesús.
1) el sembrador (Mc 4,3-9);
2) la semilla que crece por sí sola (Mc 4,26-29)29;
3) el grano de mostaza (Mc 4,30-32).

Todo el bloque concluiría, probablemente, en la tradición anterior a Marcos, con el actual v. 33 en el que se indicaba que Jesús hablaba utilizando parábolas para facilitar la comprensión del pueblo. Son parábolas que fomentan más bien una mirada esperanzada en relación al Reino de Dios.

Por las parábolas del sembrador, de la semilla que crece por sí sola y del grano
de mostaza se comprende por qué, para Mc, el anuncio de que está llegando el Reino es una Buena Noticia. Y lo es a pesar del aparente fracaso que experimentó la actuación de Jesús en el pueblo de Israel. Un fracaso que también experimentaría la predicación cristiana. Pues las tres parábolas mencionadas son, en su punta, parábolas de esperanza en la tensión entre el “ya” y el “todavía no” del Reino (4,3-9.26-32) como expresa Xavier Alegre en su artículo

Jesús, en la parábola, comunica la buena noticia de que el Reino de Dios llega a pesar de las dificultades del terreno, las tensiones, los conflictos y los problemas del mundo. La semilla del Evangelio fecunda la historia de los hombres y anuncia una cosecha abundante. Jesús hace asimismo una advertencia: sólo en el corazón bien dispuesto germina la Palabra de Dios.

Jesús ha ofrecido a sus discípulos la Palabra del Reino de Dios, que se identifica con su propia Vida, con su entrega en favor de los demás. Por eso, en la segunda parte del evangelio, de Mc 8, 27 en adelante, la verdadera Palabra del mensaje se condensa y encarna en la misma entrega pascual de Jesús, como ratifica el mensaje de la tumba vacía (Mc 16, 1-8).

Según la opinión de Xavier Alegre, Marcos recogió esta parabola, por lo menos en su version inicial, que encontramos en Mc 4,3-9, siendo una parábola, que como todas, invita a pensar al oyente, que seria la comunidad de Marcos a partir de su punta, donde algunos indicios remarcarían el papel de Jesús como sembrador por excelencia y de quien dependería fundamentalmente el que la semilla diera fruto (cf. 1Cor ,5-9.11).Aunque si nos centramos en el Reino de Dios, nos encontramos que seria representado en esta parábola en la punta que representa la semilla,  Mas concretamente, el contraste sorprendente entre la
poca semilla que da fruto y el fruto extraordinario que da dicha semilla (ciento)  que se enlazaría con la parábola del grano de mostaza, sin fijarnos, por tanto, basicamente en el sembrador, dado que nos encontramos ante una parábola del Reino donde se subraya el dinamismo del Reino que en momentos de desaliento por el poco éxito de la predicación, seria  una esperanza que  reconfortaría  a los predicadores del reino que serán los discípulos tras la desaparición de Jesús, pues lo que  queda claro en la parábola es que, cuando se siembra como lo hizo Jesús, el fruto abundantísimo está  asegurado y compensa con creces los aparentes fracasos de la siembra. No hay razón, pues, para el desaliento pues el Reino irá haciéndose presente a pesar de las dificultades, y dará frutos sorprendentes.

Pero para Marcos y la primitiva Iglesia cristiana, a la que se dirige el texto, no resultaba nada fácil explicar en que consistía el Reino de Dios, de ahí el uso apropiado de las parábolas: un proyecto maravilloso de solidaridad universal que quiere erradicar la pobreza en el mundo (cf. Dt 15 y Lev 25), favoreciendo la opción por los pobres (esa debía ser la función del rey, representante de Dios, segun el Salmo 74), no sea nunca descrito concretamente por Jesús

Marcos tiene tambien un interes añadido al releer la parábola en el marco de su discurso de parabolas (Mc 4,1-34). Para ayudar a la misma comunidad a concienciar de la incomprensión de la lógica del Reino, que testimonian las parábolas, no es solo un problema de los de fuera, de los que no pertenecen a la comunidad. Es tambien un problema "de dentro" de la comunidad porque la lógica del Reino como bien lo expresan las parabolas de Jesus es siempre contracultural.

La parábola describe cómo la palabra de Dios produce fruto, cómo el reino de Dios crece.   Aunque la semilla no es identificada aquí como la palabra de Dios. Sí fue identificada así, en la parábola del sembrador de Marcos 4:14. En ella vemos que el crecimiento producido por la palabra de Dios es un misterio, crece en silencio y en secreto; donde el sembrador puede sembrar la semilla y ver como brota. Pero cómo crece, es algo más allá de su comprensión. La parábola del sembrador enfatiza la responsabilidad del individuo.  La semilla no produce el fruto esperado, hasta que no caen en buena tierra. 

Ignacio Padró

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