martes, 25 de junio de 2013

Política y Confuncionismo

El confucianismo ha estado desde siempre ligado a la política.  Y no sólo en la propia China, los países vecinos de China que recibieron el mayor impacto cultural fueron Corea, Japón y Vietnam. Estos países adaptaron el sistema chino de escritura y con él su tradición cultural, aceptando así sus ideas y valores, sobre todo, los aspectos sociales y políticos. Ya se ha visto en los apuntes que el conseguir una plaza de funcionario en la antigüedad requería el conocimiento amplio del confucianismo, pero en la actualidad tenemos varios ejemplos de cómo impregna el confucianismo en la política: la nueva república china redactó un borrador de constitución en 1913 que defendía el confucianismo como base del cultivo moral y de la educación, en Taiwán y Corea encontramos grupos que defienden las enseñanzas confucianas y el retorno a los “valores tradicionales”, aunque parece que en la actualidad, las enseñanzas de los principios confucianos quedan reducidas al campo de lo privado y la vida familiar.  Singapur cuenta con un programa sistemático de ética confuciana en las escuelas promovido por el gobierno durante la década de 1980. Los principios cardinales de este programa muestran el énfasis confuciano en la armonía y el trabajo en beneficio del grupo enfocándose en el país, lo que a mi ver puede llegar a anular al individuo pues se enseña la importancia de tomar en consideración antes la comunidad que él mismo, confirman a la familia como unidad básica de la sociedad y ponen el acento en la necesidad de la tolerancia y la armonía en una sociedad religiosamente y étnicamente diversa.

Nacho Padró 

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