jueves, 10 de abril de 2014

El interés moral por la Naturaleza

La relación del hombre con la naturaleza ha sido, a lo largo del tiempo y en las diversas culturas, variada y compleja: acercamientos científicos, estéticos y religiosos se han combinado con intervenciones directas, pero sólo muy recientemente, en el hombre occidental al menos, se ha planteado que esa relación implicaba en sí misma un problema moral, para algunos incluso el problema moral decisivo. Porque el hombre ha tenido, desde que es humano, una técnica que ha usado para ejercer una actividad transformadora de la naturaleza, pero, la característica de esa técnica era que no podía hacer modificaciones sustantivas.
Hoy somos ya conscientes de que el impacto de una técnica poderosa usada con una estrategia depredadora y despilfarradora nos ha traído una preocupante crisis ecológica.

Es en este punto, ante la experiencia de nuestro poder, donde un problema de responsabilidad moral empieza a aparecer. Dado que podemos cambiar y destruir ¿tenemos el deber de conservar? ¿Tenemos el deber de poner un límite a las transformaciones que somos capaces de hacer? Si la respuesta es afirmativa, ¿por qué razones y según que criterios? Todas estas son preguntas decisivas porque, no empujan sólo a retoques en nuestra relación con la naturaleza, a una mera reorientación de las aplicaciones técnicas, sino que cuestionan por completo la relación existente, cuestionando a la vez el modelo de desarrollo, nuestra actitud ante las futuras generaciones, nuestro puesto en la dinámica del cosmos.

Begoña Hernández Rubio

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