martes, 27 de mayo de 2014

Imagen maternal de Dios

Para la comparación de la imagen en femenino de Dios parto de la base que Dios no es hombre ni mujer. El hombre y la mujer son creación de Dios y son imagen de Dios (Génesis), pero no son iguales a Dios, la realidad de Dios supera toda imagen. Dios, sin embargo, puede manifestarse según las características humanas (la manifestación humana de Dios por excelencia es la persona de su Hijo Jesucristo). Así, puede mostrarnos tanto un rostro paterno como materno (diferentes imágenes que nos acercan a la esencia). Tradicionalmente se ha considerado a Dios como Paterno tanto en AT como en NT (Padrenuestro), pero si bien Jesús nos enseña a llamar a Dios “Padre”, sabemos que se dirige a él como “Abbá” rompiendo la imagen rígida y fuerte patriarcal. Seguramente, Jesús tendría que tomar la elección de manifestarse como varón por la baja consideración en que estaba la mujer en aquel lugar y en aquella época. Creo que si Dios se hubiera encarnado en una mujer, la Palabra habría encontrado con obstáculos insalvables desde el punto de vista humano. Supongo Jesús llama a Dios “Padre” y no le llama “Madre” por la misma razón y porque también debía seguir la tradición del Antiguo Testamento en el que algunos textos llaman a Dios así (en los salmos, por ejemplo). La tradición bíblica no desarrolla la idea de un Dios femenino, pero tampoco la oculta. De hecho, en el Antiguo Testamento encontramos citas como estas:
-         Como un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo. (Is 66, 13)
-         ¿Acaso puede una madre olvidarse de sus hijos? Pues aunque una madre se olvidara de sus hijos, yo no me olvidaré de ti. (Is 49, 15)
La Biblia utiliza también términos femeninos para referirse a Dios como pueden leerse en el libro de la Sabiduría, un ejemplo más de característica femenina englobada en Dios. Y Jesús también lo hace: Yo soy la puerta de entrada de las ovejas; o yo soy la Resurrección y la vida. Ya Juan Pablo I dijo que Dios es Padre y Madre a la vez.
A partir de la Teología femenina parece que se ha descubierto la maternidad de Dios en diferentes aspectos, por ejemplo, en su capacidad para engendrar: Dios es creador de todo (Génesis) pero también Dios engendró al Hijo (“engendrado, no creado”), engendró todo lo creado porque procede de Él, su autor, engendró y dio a luz al Pueblo de Israel, nos ha adoptado (a los cristianos) en Jesús, haciéndonos hijos suyos por adopción.

Además de su autoridad paterna, Dios se nos manifiesta también con actitudes más propiamente femeninas: el cariño, la ternura, la compasión, la piedad, la misericordia y el perdón... En Lc 15, 11-24, la parábola del hijo pródigo,  se habla de Dios como un padre que cubre de besos a su hijo perdido cuando lo recupera, que se acerca y festeja el retorno del hijo perdido, una actitud muy maternal. En otros pasajes del evangelio, Jesús se conmueve ante el sufrimiento humano (cuando ve a los discípulos como ovejas sin pastor, o ante la tumba de Lázaro, por ejemplo) o ante la fe de quien le habla (en el caso de la mujer cananea o la del legionario), son muestras de sensibilidad alejada de la imagen patriarcal de la época. Sin olvidar la importancia que tienen las mujeres en los evangelios (María Magdalena, María madre de Jesús, son las primeras en descubrir la resurrección…). Así, se puede apreciara una continuidad entre la imagen en femenino de Dios en el AT y la proyección en Jesús y que por él da de Dios en el NT

Nacho Padró

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