miércoles, 28 de octubre de 2015

NO HI HA MORAL

Són uns monstres els tipus que lideren aquestes empreses? Per a Jean Ziegler, sociòleg suís i relator especial de l’ONU per als drets de l’alimentació, el problema és la «moral capitalista», tal com escriu al seu llibre El imperio de la vergüenza (Ed. Fayard, París, 2005).

«Un capitalista pensa que si expressa compassió, si manifesta solidaritat cap als altres, la seva competència s’aprofitarà immediatament de la seva debilitat i el destruirà. Per tant, amaga qualsevol vergonya i, més enllà de qualsevol preu humà, se sent obligat a maximitzar els seus guanys».

Ziegler denuncia la lògica que impera en aquest tipus d’empreses: «La capacitat d’investigació de la indústria farmacèutica és impressionant. Però ells produeixen gairebé exclusivament per als mercats adinerats. Exemple: entre 1975 i 2000 van ser creades més de 1.800 molècules noves, però només 16 van ser per al tractament de malalties tropicals, com la malària, que afecta gran part de la humanitat i causa gran mortaldat».

Què es pot fer? Per a Pignarre, cal copiar iniciatives com l’Associació Francesa contra les Miopaties o la Christopher Reeve Paralisis Foundation (EUA), que compten amb altres mitjans per finançar investigacions que es troben fora de les indicacions tingudes com a prioritàries. Estudis finançats d’aquesta forma permetran posar a punt terapèutiques no amarrades als grillons de les patents. Això implicaria tornar a adoptar la senzilla lògica amb què el nord-americà Jonas Salk, inventor el 1954 de la primera vacuna contra la poliomielitis, declarava: «No es pot patentar el sol». Ziegler, per la seva part, proposa enrojolar aquestes grans transnacionals. «El meu principi d’acció és anomenar i avergonyir. Perquè, anomenant els poders, les persones que són responsables d’aquestes matances diàries són exposades a la vergonya pública. Això no els pot parar, però és un primer pas útil».

Per al doctor Hamied, les coses són més senzilles: «Creiem que els països que necessiten els medicaments han de decidir el seu propi destí».


La Religión para Adler


Adler, que era ateo, tenía una visión positiva de la religión como movimiento
encaminado al bienestar común. Para el cualquier movimiento, teoría,
posición política, social o religiosa que tuviera como meta y práctica el binesta
común tenia necesariamente un caracter positivo; ya que el objetivo de
la psicología individual, como el de esos movimientos está en el interés social.
La visión de Adler es la de un humanista respetuoso con la religión.
Los puntos que Adler destaca respecto a la religión son :
1º-La idea de Diós es una creación humana que refleja la meta de perfección.
La idea de Dios aunque es una creación humana tiene un gran poder motivante
para la mejora de la condición humana, para quienes creen en el y actuan
por los principios de esa meta ideal de manera coherente

2º-Los movimientos ideológicos, religiosos, políticos-sociales y psicológicos
que buscan el binestar social pueden abusar de sus métodos y conducir
a errores. La misma psicología adleriana, como la religión pueden conducir
a abusos, como reconoce Adler, si pierde de vista el interés común
y prima lo personal y lo particular

3º-El binestar común puede alcanzarse con y sin sentimiento religioso.
Tanto los ateos como los creyentes pueden mejorar las condiciones de vida
de la humanidad si hacen prevalecer el interés social, el interés en el prójimo,
sobre el interés egoista y personal. Lo contrario también es cierto: las personas
cuyo estilo de vida les lleva a predominar su interés egocentrico sobre
el interés social, sean ateos o religiosos, contribuiran poco al binestar común.
Adler critica a su antiguo discípulo Kunkel de dar una visión de
la psicología individual como reducida a la lucha de poder y en la simple
compensación del sentimiento de inferioridad. Tanto Kunkel, como otros
pensadores religiosos y no religiosos (p.e Victor Frankl) criticaran a la
psicología adleriana de reduccionismo a la lucha de poder como
compensación. Ya Adler advirtió esta distorsión de su teoría y respondió a ella.)

4º-La psicología individual difiere de las concepciones que ven al hombre como
motivado por una lucha de conflicto interior por una que destaca la incongruencia
entre el estilo de vida y las demandas sociales. Con frecuencia algunos religiosos
cristianos han tomado demasiado en serio el modelo freudiano para explicar
las debilidades y faltas humanas al suponer que la tentación al pecado y
al instinto frente a la voluntad moral conducen a la caida del hombre

Para los adlerianos ese modelo hidraúlico es falso. Las actitudes personales
egocentricas que no tienen en cuenta a los demás, el interés en la cooperación y
la consideración de los otros como personas dignas, compartan o no, nuestra
visión de la vida, caeran en una lucha de poder y generaran malestar.
En resumen, Adler tiene una visión positiva de la religión, como de cualquier otro
movimiento humano que busca el interés social y la cooperación, y que sea común
a los objetivos de su psicología individual. Sin embargo el apunta claramente
que de su misma psicología y de la religión se puede abusar cuando se pierde
de vista el horizonte del interés en el prójimo y sobresale el orgullo personal y
el egoismo egocentrista. El origen de esa desviación está en un estilo personal
de vida erróneo, no en una bondad o maldad intrinseca a los humanos.

Corregir esos estilos de vida social infradesarrollados requiere de una intensa
actividad social, educativa y psicoterapéutica. La psicología de Adler
puede ser practicada de manera coherente por personas religiosas o ateas que
tengan actitutes de interés social y de bienestar común.


 BIBLIOGRAFIA:
-Adler, A y Jahn, E: Religión y psicología individual (1933). En :
Superioridad e interés social Fondo de Cultura Económica, 1968

Carl Jung y la Religión

Contrario a Freud, quien consideraba la religión como una ilusión, Jung mantuvo que la religión es esencial para la salud mental. Sobre este aspecto expresó lo siguiente: “Entre todos los pacientes que están en la segunda mitad de vida, no hay ninguno cuyo principal problema no sea religioso”. Por un problema religioso se refiere a un problema de significado que implica el buscar una razón por la cual vivir.
Jung entendía que el rechazo del impulso religioso es la base de la neurosis de nuestro tiempo. Por esta razón, se dedicó durante varios años de su vida a escribir acerca del rol de la religión en el desarrollo humano.
Para Jung la actitud religiosa debe estar basada en el conocimiento y no en creencias, en la experiencia y no en la especulación abstracta. Es por eso que considera que aquella religión que se basa en dogmas y artículos de fe es una que estanca y no le facilita a sus seguidores el verdadero desarrollo espiritual. Cada persona tiene que relacionarse a lo sagrado de manera auténtica y única ya que no existen fórmulas preconcebidas que dicten el camino que nos lleva a conectar con lo numinoso. Es por esto que expresa: “Yo no puedo creer en lo que no conozco y no necesito creer en lo que conozco”.
Jung concibe la psique como esencialmente “religiosa”. Para Jung la religión es una observación cuidadosa de ciertos factores dinámicos que son concebidos como “poderes”: espíritus, demonios, leyes, ideas, entre otros. La actitud religiosa nos ayuda a experimentar la dimensión de lo “numinoso”; aquello que es independiente de la voluntad del individuo y tiene una fuerza de atracción significativa. Se utiliza para describir a las personas, cosas y situaciones que tienen una resonancia emotiva profunda.
Es importante señalar que cuando Jung habla de Dios se está refiriendo a la imagen arquetipal de Dios y no a un ente con una realidad ontológica. Jung expresa que: “Es solamente a través de la psique que podemos establecer que Dios actúa en nosotros, pero no podemos distinguir si estas acciones emanan de Dios o del inconsciente. No podemos decir si Dios o el inconsciente son dos entidades diferentes. La imagen de Dios no coincide con el inconsciente como tal pero sí con el arquetipo del Self”.
Jung distinguió tres aspectos de la imagen de Dios. La primera es la imagen de Dios como está descrita en el Viejo Testamento. Se caracteriza por contener los opuestos sin experimentar contradicción porque no tiene conciencia. El segundo aspecto de la imagen de Dios está descrito en la Teología Cristiana. Aquí la imagen de Dios ha experimentado una transformación a causa de su encarnación. Esta imagen es exclusivamente buena y no hay sombra en ella. El tercer aspecto de la imagen de Dios para Jung es, la imagen de Dios como es experimentada psicológicamente por el hombre moderno.
Jung entiende que como psicólogo el no puede hacer ningún tipo de declaración en torno a la realidad ontológica de Dios, pero si puede estudiar las manifestaciones de la imagen de Dios en la psique humana. En este sentido consideró que Dios es un arquetipo y que por lo tanto se expresa por medio de símbolos.
La evolución de la psique humana implica transformaciones en la imagen de Dios. Jung entiende que la Biblia nos provee una revelación de esas transformaciones de la imagen de Dios en la psique humana del pueblo hebreo. En su libro Respuesta a Job analiza y explica como Dios y la criatura humana se afectan mutuamente, la transformación de la criatura humana implica una transformación de Dios y viceversa.
La tesis de Respuesta A Job es la siguiente: “Cualquiera que conoce a Dios, lo afecta, lo transforma”. Esto es asi porque para Jung la única manera de relacionarnos con Dios es conociendo las imágenes y símbolos del inconsciente. Esto implica hacernos consciente de material psíquico que hemos heredado de nuestros antepasados, incluyendo la imagen de Dios. La conciencia humana cambia la naturaleza de la imagen de Dios. Para Jung, Dios necesita a la humanidad para ser completamente consciente y especialmente estar consciente de sus opuestos. La conciencia humana trasciende su origen divino (el inconsciente) en su habilidad para diferenciar los opuestos y en su capacidad de sufrir conscientemente su conflicto.
En su interpretación del Libro de Job, Jung expone que Dios sufrió un fracaso moral en su encuentro con Job. Dios reconoció que Job poseía una capacidad que El no tenía: consciencia de sus opuestos. Esto requirió que Dios se encarnará en un hombre con el propósito de adquirir consciencia de sus opuestos y remediar la injusticia que se cometió con Job. Sin embargo, la encarnación de Dios en Cristo es incompleta porque deja afuera el lado obscuro de Dios.
Jung argumenta que para qe la imagen de Dios sea una completa, debe contener tanto el lado luminoso como el lado obscuro. Dios, además de contener todo lo bueno, contiene todo lo malo. Es en ese sentido que Jung señala que el origen del mal y del sufrimiento lo encontramos en Dios. Cuando le preguntaron en una ocasión sobre Dios contestó: “Dios es el nombre con el que designo todas las cosas que cruzan mi camino violentamente y apresuradamente, todas las cosas que afectan mis puntos de vista subjetivos, planes e intenciones y cambian el curso de mi vida para bien o para mal” ( Entrevista publicada en Good Housekeeping Magazine”, 1961)
La encarnación de Dios en Cristo lleva a Jung a la idea de la continua encarnación que ocurre en la psique humana. Para Jung, la encarnación de Dios significa individuación. En el grado en que nos hacemos conscientes del centro transpersonal de la psique, el Self, y se vive tal consciencia, se puede decir que estamos encarnando la imagen de Dios. La individuación es la continua encarnación de Dios con el propósito de la transformación divina.

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martes, 27 de octubre de 2015

REMEIS QUE NO CUREN

«Les empreses farmacèutiques ens han fet entrar en l’era de la barbàrie quan han decidit tenir com a eslògan “Els beneficis d’avui són els medicaments de demà”. Això vol dir: no qüestionin les nostres patents, perquè, si no, pararem d’inventar medicaments per a les seves malalties. En altres paraules, deixin morir el 90% de la població del món si volen que continuem investigant», reclama Pignarre, catedràtic de la Universitat de París-VIII. El docent gal acusa la indústria de retocar vells medicaments i presentar-los com a noves alternatives terapèutiques i ocultar els seus riscs secundaris.

La xarxa de centres regionals de farmacovigilància, a França, registra 1,3 milions d’hospitalitzats al sector públic a causa dels efectes indesitjats d’un medicament. Això representa el 10% del total de pacients hospitalitzats i s’estima que provoca uns 18 mil morts per any; és a dir, dues vegades més que els accidents de carretera en aquest país.


lunes, 26 de octubre de 2015

LA BATALLA DELS GENÈRICS

De la llista de 270 medicaments indispensables, segons l’OMS, 265 són generitzables. En aquesta llista no hi ha els fàrmacs per tractar la sida, les patents protegides de la qual per més de deu anys fan inabastables els preus per als països pobres. Això significa uns tres milions de morts pel VIH a l’Àfrica cada any.

Davant aquest desolador panorama, Sud-àfrica va autoritzar el 1997 la producció local d’antivírics per a la sida i la importació a baix preu de genèrics. Trenta-nou dels laboratoris més grans van denunciar llavors el país africà per violació dels acords internacionals. «L’escàndol va adquirir una dimensió tan gran que els industrials van haver de renunciar a la seva reclamació el 19 d’abril de 2001. Però el Govern nord-americà va prendre el relleu de forma més discreta fins que va fer renunciar els països recalcitrants i els va obligar a adoptar una interpretació rígida —la seva— sobre el dret internacional de patents», diu Philippe Pignarre al seu llibre El gran secreto de la indústria farmacéutica (Gedisa, 2005), on deslegitima el sector farmacèutic després de treballar-hi 17 anys.

Malgrat les pressions, el Brasil també va córrer el risc i va elaborar vuit dels dotze antiretrovírics disponibles mundialment, la qual cosa li ha suposat una baixa mitjana de preus del 79%, estabilitzar l’epidèmia de la sida i disminuir la mortalitat a la meitat.

Per la seva part, el laboratori indi de genèrics Cipla va proposar a Metges Sense Fronteres un cost anual de triteràpia antisida de 350 euros per pacient, contra els 10.400 euros pretesos pels laboratoris occidentals.

Cipla desenvolupa ara una versió genèrica de Tamiflú sota la mirada atenta de Roche, que va reclamar perquè el laboratori indi no els ha cridat. Però el doctor Yusuf K. Hamied, president de Cipla, va aclarir que la seva empresa no necessita cridar Roche, ja que Tamiflú no està patentat al seu país. «Estem desenvolupant una versió genèrica del fàrmac que serà molt més barata i que estaria disponible per ser comercialitzada després als països en desenvolupament on no hi ha llicències de l’antivíric.»

Lluny d’aquesta lògica, les transnacionals estan fent un fort lobby perquè les patents que duren vint anys comencin a regir quan surtin al mercat i no quan són inscrites.



domingo, 25 de octubre de 2015

Empreses farmacèutiques, règim de patents poc ètic: amb llicència per lucrar

Esperar un equilibri entre l’interès públic i els negocis privats dels fàrmacs és una causa perduda. Fins i tot si hi ha milions de vides per mig. Així ho demostra la història d’aquestes voraces transnacionals i l’experiència recent de Roche amb la grip aviària.

«Els medicaments són per a la gent, no per als guanys», va dir Georges Merck, fundador dels laboratoris del mateix nom, per a la revista Estafi l’agost de 1952. Avui cap diari no podria posar un titular amb una frase com aquesta sense caure en el ridícul o presentar el senyor Merck com una persona amb un fosc sentit de l’humor.

Les empreses farmacèutiques són un dels sectors més àvids de guanys i un dels més desproveïts d’escrúpols per obtenir-los. El recent fenomen produït per una possible pandèmia d’influència aviària retrata la indústria de cos complet.

El 1999, Roche va llançar al mercat Tamiflú, un antigripal d’última generació la venda del qual no generava guanys espectaculars, fins i tot quan la crisi va erigir l’antivíric com el més efectiu per contrarestar el virus. Les vendes del fàrmac van pujar més del 260%, per més de 500 milions de dòlars. Segons l’Organització Mundial de la Salut (l’OMS), els governs han de comprar prou dosis per cobrir el 25% de la població, i Roche ja no dóna l’abast.

Malgrat això, es nega a cedir la patent del fàrmac, que dura fins al 2016. Fer-ho significaria que
altres laboratoris del món podrien elaborar una còpia del medicament sense pagar per la seva llicència. Ètic, però no rendible.

La firma va haver de flexibilitzar la seva postura, després que el senador demòcrata nord-americà Charles Schumer proposés suspendre els drets exclusius de Roche si en trenta dies aquest no compartia patents amb laboratoris nord-americans. «Davant de la reticència d’algunes companyies, hem trucat quatre fabricants de genèrics, disposats a la producció massiva.»

La resposta dels executius de la firma suïssa va ser anunciar que lliurarien subllicències. Un negoci
per a Roche, ja que les subllicències no són gratuïtes, i un altre per als EUA, la indústria farmacològica de la qual domina el mercat global i té línia directa amb els seus polítics. El millor exemple és Pharma, que dóna ocupació a 297 lobbystes professionals: un per cada dos membres del Congrés nord-americà. Això sense comptar que, entre 1999 i 2000, els deu primers laboratoris d’aquest país van contribuir amb 10 milions de dòlars a les campanyes electorals.


L’acord només garanteix més antivírics per als EUA i els seus socis del Primer Món. Quant a la resta, hauran d’esperar que es desencadeni la pandèmia per saber si poden fabricar genèrics de l’antigripal sense pagar a Roche, segons resa l’acord pres el 2001 en l’Organització Mundial de Comerç. Però molts no estan disposats a esperar i per això països com Tailàndia, l’Índia o l’Argentina han anunciat que actuaran ara.

Leyla Ramírez