sábado, 19 de marzo de 2016

EL NÉCTAR DE LA VIDA


La Vida es una dulce melodía,
para aquel que sepa escucharla!
Con que deleite trina el zorzal
ante el océano azul sobre su cabeza!
¿Acaso no canta también el Sol
en un amanecer tibio de otoño?
Porque no solo con los oídos se escucha
esta suave melodía,
que suena  y suena sin cesar...
¡¡¡No!!! Los ojos no nos traicionan
al ver un campo dorado de margaritas titilando,
con sus rostros resplandecientes de dicha,
cantando al Señor Sol su gracia!
Y hasta con su fragancia embelezante,
le cantan a la vida!
El pastizal también suena,
en una melodía acorde,
danzando de aquí para allá,
aunque inmóvil,
Que paz nos da su llovizna pendular!
Y no podría faltar a esta orquesta sin fin,
el batir las palmas del follaje,
de los árboles derredor.
Cantan sus glorias al Señor toda la creación!
¡Abejas, mariposas,
cual hadas bailarinas,
cosechando néctar por doquier!
Ellas también le rinden pleitesía,
En esta danza singular!

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