martes, 20 de diciembre de 2016

El origen de la Navidad cristiana según el arte del Greco

Doménikos Theotokópoulos, conocido principalmente con el sobrenombre de El Greco, nació en Creta en 1541 en el seno de una familia católica, siendo un hombre de fe inmerso en el fuerte pensamiento teológico de su época, lo que dio lugar a que gran parte de su legado artístico se encuentre impregnado de tal religiosidad, concibiendo una iconografía religiosa donde se encuentra latente la ideología seguida por la doctrina católica en el contexto de la Contrarreforma del s. XVI, como respuesta al protestantismo impulsado por Martín Lutero.
Encontrándonos sumergidos en pleno ambiente navideño, qué mejor homenaje que proceder al desarrollo del origen de estas fiestas tan señaladas y emotivas, haciendo un breve recorrido por varias de las obras gestadas por el autor (algunas poco conocidas), que versen sobre esta temática y acunen su visión cristiana del nacimiento de Cristo como momento clave para el alumbramiento de esta festividad.
La Anunciación (1597-1600)
La Biblia, a través del Nuevo Testamento, nos relata como el Arcángel Gabriel, el mensajero divino, se le aparece a María para revelarle que dará a luz al hijo de Dios, momento que se conoce como la Anunciación o Salutación angélica, recogido en el Evangelio de Lucas (Lc 1: 26-37). Son múltiples las obras que El Greco ha realizado sobre esta temática, destacando en el presente artículo solo una de ellas, “La Anunciación” datada entre 1597 y 1600 y localizada en el Museo del Prado. Realizada al óleo sobre lienzo (315 cm x 175 cm)  para el retablo mayor del colegio de la Encarnación en Madrid, perteneció al último periodo toledano del artista, donde se advierte una clara relevancia de la figura celestial en la utilización de la luz y el color, la cual se dirige a la Virgen en un entorno doméstico, acompañado por el Espíritu Santo en forma de paloma en el centro y un amplio cortejo de ángeles.
Posteriormente, María y su esposo José se dirigen a Belén, donde se produce el nacimiento de Jesucristo en un humilde pesebre a las afueras de la ciudad, acontecimiento que celebramos cada año el 25 de Diciembre. El evangelio de Lucas nos relata cómo un ángel se presenta ante los pastores y les indica dónde encontrar al primogénito de dios, siendo éstos los primeros en rendirle pleitesía:
“No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo para todo el pueblo: que ha nacido hoy un salvador en la ciudad de David, que es Cristo Señor. Esto os servirá de señal: hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado sobre un pesebre” (Lc 2: 10-12)
Mateo, sin embargo, nos narra otra parte de la historia, esta vez protagonizada por 3 magos de oriente, quienes guiados por una estrella, llegan a Jerusalén a buscar al nuevo mesías. Creyendo poder encontrarlo en la corte, preguntan primero en la morada del rey Herodes, lo que ocasiona que el monarca, ante la amenaza de un nuevo soberano, dé luz verde a la muerte de todos los niños varones menores de dos años, hecho conocido como “La matanza de los inocentes”que obliga a María y José a huir a Egipto para evitar la muerte de su hijo (Mt 2:13-14). Previo desarrollo de tales sucesos, los 3 reyes de oriente, montados en sus grandes camellos, encuentran por fin a su redentor, adorándolo con oro, incienso y mirra, como símbolo de su realeza mesiánica, su divinidad y humanidad. He aquí la razón de ser de la tradición navideña española de brindar a los niños regalos el día 6 de Enero, fecha conocida litúrgicamente como la Epifanía del Señor.
La Adoración de los Pastores (1612-1614)
El Greco inmortalizó este relato mediante tres obras. La primera fue “La Adoración de los Pastores” (1612-1614), óleo sobre tela conservado en El Prado y pintado para la cripta de la iglesia de Santo Domingo el Antiguo de Toledo durante el último año de vida del autor. Refleja el pasaje previamente citado, a través de una brillante policromía, formas extrañas y juegos de luz, enfatizando en la imagen de Jesús y las figuras pastoriles, que vienen a rendir homenaje y glorificar al hijo de dios en una pequeña y lúgubre gruta.
Adoración de los Reyes Magos (1568-1569)
La segunda es la “Adoración de los Reyes Magos” (1568-1569). Conservada en el Museo Soumaya (México), pertenece a la etapa veneciana del pintor, estando claramente influenciada por artistas del renacimiento italiano como Tiziano o Tintoretto. Conforman el eje central la Virgen y el Niño, extendiendo éste los brazos en señal de recibimiento a los magos y sus ofrendas. Una de sus peculiaridades es el hecho de que la escena se produce en un ambiente palaciego, lo cual, junto con la ostentosidad de los ropajes, dista mucho de corresponderse con lo relatado en el libro sagrado, configurándose como una herramienta utilizada por el Greco para transmitir el origen real y divino de Jesús.
Finalmente, la tercera obra del cretense versa sobre la marcha de la Sagrada Familia debida a la persecución decretada por Herodes tras la advertencia de los magos, denominada “La Huida de Egipto” (1570). Se trata de una pequeña tabla, excepcional en la producción artística del Greco, donde se encuentran influencias de la pintura veneciana del s.XVI, sobre todo en la representación tan expresiva del paisaje.
La Huida a Egipto (1570)
Asimismo, relativa a la temática y como complemento de la historia que se narra, se destaca también “La Natividad” (1603-1605), desarrollada en su último periodo en Toledo. Conservada en la Capilla mayor del Hospital de la Caridad de Illescas (Toledo), deriva de “La Adoración de los pastores”, solo que en este caso se ha simplificado la escena al mero nacimiento de Cristo, representando la figura del niño la luz divina que guía al hombre en su camino hacia la verdad, de ahí que casi la totalidad de la composición tenga tintes tenebristas, solamente interrumpidos por el resplandor irradiado por el infante. Así, el Greco recrea artísticamente la estampa tradicional cristiana de la Navidad, la Sagrada Familia, popularmente reflejada a través de los clásicos belenes.
La Natividad (1603-1605)
Se concluye enfatizando en cómo el arte fue y sigue siendo una fuente indubitable de trasmisión de las diversas tradiciones y aspectos que sustentan la vida del ser humano, permitiendo una mayor interiorización del conocimiento por su carácter ilustrativo, siendo el presente artículo un claro ejemplo de ello.
Vía| Museo del PradoArteHistoriaHistoriadel Por Fátima Muñoz Tejero
Más información| Bible Study ToolsArt & Life

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