martes, 21 de noviembre de 2017

Amsterdam, la Jerusalem europea

Las familias de los primeros mercaderes portugueses que llegaron a Amsterdam lo hicieron como Nuevos Cristianos, ya que habían sido forzados a convertirse a la fe católica, a veces incluso cien años atrás, adoptando sus costumbres. Habían sido perseguidos y oprimidos y no estaba muy claro hasta qué punto honraban su cultura judía. Presumiblemente seguían observando las costumbres judías en los círculos internos familiares. Inicialmente los sefardíes no podían practicar la religión judía abiertamente, más aún cuando habían llegado como cristianos bautizados en la fe católica. Lo que añadirá aún más complicaciones en una Amsterdam abiertamente protestante. Pero en la práctica el gobierno de la ciudad mostró siempre una remarcable flexibilidad. De hecho existen testimonios como el de Emanuel Rodríguez Vega que adquirió el estatus de ciudadano, y como era visto como católico, las autoridades protestantes le advirtieron que no debía practicar la fe católica en público si no quería verse en problemas. Aunque no llevó mucho a las autoridades darse cuenta que tras ese pseudo cristianismo se escondían frecuentemente judíos.
En muchos casos los mercaderes sefardíes tuvieron acceso a la compra de su ciudadanía en la ciudad:
…Confiando en que esas personas son cristianos y que esas mismas personas vivirán vidas honestas en esta ciudad como buenos ciudadanos y que aquí en esta ciudad ninguna otra religión será practicada o admitida a parte de la que se practica en público en las iglesias…
Pero tendrán que pasar varias décadas hasta que los judíos sefardíes de Amsterdam puedan practicar más abiertamente el judaísmo. Será en 1602 cuando se date la primera mención a un servicio religioso judío en la casa del rabino Uri ha-Levi. Y pronto le seguirán muchas más sin interferencias del gobierno de la ciudad. Hasta que en 1614 los judíos obtendrán el permiso para comprar una porción de terreno, en Oudekerk junto al Amstel, a las afueras de Amsterdam para instalar un cementerio judío. Después en 1639 el primer espacio público para el culto judío fue consagrado, seguido en 1672 con la construcción de un grandioso edificio que todavía sigue hoy en uso, conocido como Esnoga.
Los Países Bajos tras La Unión de Utrecht, 
Crédito: W. Commons
Mientras tanto, judíos del este de Europa llamados Ashkenazis fueron llegando a Amsterdam. Expulsados y perseguidos de algunas ciudades y principados germanos. Con unas costumbres y un bagaje cultural diferente a los sefardíes, se trataba de poblaciones empobrecidas que mayoritariamente encontraron trabajo como sirvientes de las familias sefardíes adineradas. Una creciente comunidad judía se estaba desarrollando en Amsterdam. Y más judíos Ashkenazis llegarán en la segunda mitad del siglo XVII como resultado de las persecuciones en Polonia, Lituania y Ucrania. Esos judíos tenían su propio lenguaje, el Yiddish, y su propia cultura tradicional. Los refugiados del este no compartieron la suerte de sus coetáneos del oeste y vivían una vida prácticamente aislada. Los judíos en Amsterdam vivían mayormente como una comunidad cerrada, en una de las partes más insalubres de la ciudad, cerca de los astilleros y el barrio industrial en el este. Aunque muchos de ellos preferían vivir a escasa distancia de la Sinagoga. Con su propio lenguaje y costumbres crearon su propio mundo judío, el cual comprendía todos los edificios y organismos necesarios del día a día de la vida judía. Durante el siglo XVII la población de judíos Ashkenazis llegará a sobrepasar a sus predecesores sefardíes en una proporción de 7 a 1 durante el siglo XVIII.
Es curioso cómo el gobierno de la ciudad en ningún momento trató de detener la marea de refugiados indigentes, indudablemente la mano de obra barata fue muy necesaria durante la edad de oro de Amsterdam, pero la actitud de los regentes de la ciudad también refleja una tolerancia única en esos días. Más aún cuando las clases altas nunca fueron molestadas por la masa de mendigos judíos, ya que los judíos tenían su propio sistema de caridad, para ocuparse de los suyos.
Más información| VV.AA, Jewish Amsterdam, Jewish Historical Museum Amsterdam, 2014, Amsterdam
Imágenes | W. Commons
Dave Mehler

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