martes, 3 de abril de 2018

Unas marcas geométricas revelan nuevas culturas precolombinas en el Amazonas

Una de las grandes incógnitas de la Amazonia es si las civilizaciones precolombinas llegaron a instalarse en el sur de su geografía. Un equipo de investigadores ha encontrado evidencias científicas de que en una época anterior a la llegada de Colón al continente americano diversas culturas edificaron a lo largo de 1800 kilómetros en el tramo del sudeste del Amazonas
El estudio, del que se hace eco la publicación Nature, informa sobre el descubrimiento de zanjas abandonadas en las cabeceras del Tapajós, un río brasileño de la cuenca del Amazonas de 2.200 kilómetros de largo. Un tipo de construcciones que levantaron antiguas civilizaciones que vivieron allí al menos entre los años 1250 y 1500 A.C. y que aún se pueden percibir -algunas de ellas- ya que han dejado marcas geométricas en el suelo. 
Parte de una zanja de una antigua construcción precolombina
Parte de una zanja de una antigua construcción precolombina (José Iriarte)
Los modelos aplicados por el equipo que ha llevado a cabo esta investigación estima que estos movimientos de tierra se encontrarían alrededor de un radio de 400.000 Km2 al sureste de la Amazonía. Es por este motivo que llegan a la conclusión de que en las zonas interfluviales y afluentes del sudeste del Amazonas vivieron altas densidades de población, por lo que piden que se reevalúe el papel que tuvo esta región en el desarrollo cultural precolombino y el impacto medioambiental. 
Algunos de los pueblos que vivieron en villas fortificadas en este territorio, por ejemplo, en el Alto Tapajós o el Alto Xingu, podrían haberse organizado en sistemas políticos regionales, según el estudio. A pesar de la distancia que los separa, los restos de civilizaciones anteriores encontrados se ubican en áreas con muchas similitudes ambientales, con pronunciada estacionalidad de lluvia y temperatura. 
Vestigios del pasado por descubrir 
En este sentido los investigadores destacan que “la vegetación fácil de limpiar y los suelos más fértiles y menos erosionados de los bosques estacionalmente secos fueron factores que los hicieron atractivos para los agricultores precolombinos, y los ancestros de muchos cultivos neotropicales crecieron en temporadas secas”. También el clima de los bosques secos estacionales facilitaron la construcción de los recintos donde vivieron aquellas poblaciones de la antigüedad. 
El estudio también llega a la conclusión de que existen entre 1000 y 1500 zanjas precolombinas en la periferia del sudeste del Amazonas, lo que implica que dos tercios de estas construcciones todavía no han sido halladas. Asimismo, aproximadamente, se calcula que entre medio millón y un millón de habitantes vivió en esta zona durante la etapa precolombina tardía. 
Parte de una antigua zanja
Parte de una antigua zanja (José Iriarte)
En contraste con lo expuesto, los expertos que firman el artículo recuerdan que proyecciones etnográficas recientes a menudo presuponen que la mayoría de la población precolombina amazónica se asentó a lo largo de la configuración de la ribera, en bajas densidades y en condiciones ambientales limitadas. Además, según ellos, el hecho de que el área estudiada –que comprende sólo el 7% del Amazonas- pudo haber acogido a una población de cientos de miles de personas desacredita las estimaciones de que en toda la cuenca vivieran entre 1,5 y 2 millones de precolombinos. 
“Finalmente, cuestionamos la idea prevalente de que las mayores vías navegables fueron las principales rutas de comunicación de la Amazonía”, dicen los autores del estudio, a la vez que resaltan la existencia de sociedades y sistemas supraregionales que se establecieron a lo largo de las áreas interfluviales y afluentes minoritarios de la periferia de la cuenca del Amazonas.
LAVANGUARDIA

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